La empresa belga apuntada por pagar coimas en la hidrovía contrató a un polémico vocero denunciado por acoso y maltrato

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Jan de Nul, la firma belga que comparte la concesión de la hidrovía Paraná – Paraguay y que fue denunciada por pagar una elevada suma en dólares para retener la concesión del contrato, acudió a un especialista en comunicación que tiene graves denuncias por parte de ex empleados.

La concesión del contrato de la hidrovía Paraguay – Paraná sigue dando de hablar y tal como había señalado Política Argentina la empresa de capitales belgas Jan de Nul, acusada junto a su socio EMEPA de pagar sobornos para mantener el contrato, decidió diagramar su estrategia de comunicación acudiendo a un polémico vocero. Se trata del director de la firma Personally, Marcelo Altuna, quien en marzo fue denunciado por sus ex empleados por casos de maltratos y acoso. 

La dimensión de las acusasicones sobre el flamante vocero de la empresa belga Jan de Nul generó tal crisis que su socia Alicia von der Wettern, decidió dejar la cuestionada agencia. A raíz de las denuncias, perdió sus principales cuentas y pasó de más de treinta empleados a tan solo una decena. Fue tanto el daño causado en la firma que comparte la concesión de la hidrovía que repercutió en el país de orígen el cual se caracteriza por sus avazandas políticas de género e igualdad.

Los antecedentes de la empresa también se remontan a su país de orígen donde está investigada por sobornos al fisco, situación que se repite en Colombia pero por incumplimientos contractuales. Según le informó la ONG Procurar al Poder Ejecutivo en el marco de las investigaciones que llevan adelante los juzgados federales locales, aseguran que “Jan de Nul, una empresa belga, cuyo presidente fue condenado por cohecho en Bélgica, investigada por corrupción en Ucrania, que se declaró culpable del pago de coimas en Argentina a través de su subsidiaria Hidrovía S.A., aun así sigue manejando los peajes del comercio exterior argentino, y perjudica fuertemente a productores y consumidores con sobreprecios exorbitantes”. “Esto afecta al comercio exterior del país, agregando sobrecostos tanto a los productos argentinos como a los que importamos, por lo tanto, si queremos ser competitivos en el mundo esta situación debe cesar”, reclama la entidad.

Según EUReporter, el gigante belga Jan De Nul Group, a través de su filial ucraniana Jan De Nul, estuvo involucrado además, en 2016, en un grave intento de fraude. Tras una decisión del Comité Antimonopolio de Ucrania, se canceló la licitación que oscilaba en los 35 millones de euros. En tanto que en Colombia  el organismo que controla el dragado del Río Magdalena, envió un ultimátum a Jan de Nul, encargada de ese trabajo, para que “no dilate más el proceso, ni retrase la ejecución del contrato de obra pues no reconocerá costos adicionales generados por la demora que a la fecha se ha generado para ejecutar la actividad”.

Pese las extensas y documentadas denuncias de fraude, sobrecostos y sospechosas triangulaciones financieras con su sede en las Islas Mauricio, la firma belga Jan de Nul sigue repartiendo el 50% de los dividendos de la hidrovía con su socio Emepa. Así y todo dicen que tienen muchos mayores  costos por dragado que Emepa por balizamiento. “Tenemos el 90% del costo  y ellos, el 10%, por lo tanto el reparto los favorece a ellos, claramente”, dijo un directivo de Jan De Nul.

Aunque diputados nacionales hayan presentado pedidos de informes y una ONG advirtiera sobre la renovación de la concesión de la hidrovía a través del pago de coimas nadie decreta la nulidad del contrato ni avanzan en detener el operativo de Jan de Nul de desconocer a Emepa para volver a presentarse en una futura licitación e intentar seguir manejando el negocio de la hidrovía como en los últimos 25 años.

(De Política Argentina)

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