El director del Departamento del Hemisferio Occidental de Fondo destacó la labor que viene realizando el pais para la recuperación económica. Regresa una misión en noviembre.
“El equipo nuestro está trabajando muy de cerca con las autoridades del gobierno de Alberto Fernández, básicamente con el fin de apoyar el diseño que hagan las autoridades argentinas de un programa congruente con el sustento financiero que un programa del Fondo Monetario Internacional pueda llevar”, señaló Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo multilateral en una conferencia ofrecida este jueves en Washington.
El funcionario recordó que en el último comunicado del FMI, la misión señaló que “este programa claramente tiene que encontrar el balance apropiado de seguir apoyando a las familias más afectadas durante la pandemia y la recuperación de la economía argentina”.
En los próximos meses también tiene que establecerse muy claramente las bases para regresar a la estabilidad macroeconómica. De esta manera Werner destacó que “ese es el trabajo que las autoridades están haciendo”.
Sin hacer una mención específica a la situación cambiaria, el funcionario dijo que “se han venido tomando algunas medidas para tratar de controlar la volatilidad en el mercado cambiario, ese es el trabajo que el gobierno está haciendo.”
En relación al avance del futuro acuerdo con el FMI, Werner explicó que “el Gobierno está en el proceso de formulación de un plan integral que pueda ser apoyado por un programa financiero del FMI y ese es el proceso en el que estamos”. En este sentido, reiteró que el equipo (técnico) regresará a la Argentina en noviembre.
A juicio de Werner, “en la medida que se llegue a una visión común, este programa que presente el gobierno argentino, si en la visión de nuestros técnicos, es un programa conducente a la estabilidad macroeconómica y al crecimiento sostenido de la economía, será apoyado con un programa financiero del Fondo”, dando señales del buen vínculo que tiene el Fondo con las autoridades nacionales.
Ante la pregunta sobre porqué este programa podría funcionar tras el fracaso del anterior acuerdo, Werner sostuvo que “cuando hacemos estos programas lógicamente se hacen con el convencimiento de que la probabilidad de éxito del programa es elevado, el fracaso pasado no tiene porqué ser determinante de los resultados futuros”.
Una de las premisas que estimó que se deben tener en cuenta es que es “muy importante el generar un consenso amplio de la sociedad de la necesidad de estas medidas”.
En este sentido, sostuvo que “es el trabajo que las autoridades están realizando para que este programa no sólo sea un programa técnicamente sólido sino que tenga un apoyo amplio en su implementación y tenga los efectos deseados”.
Reconocimiento por la reestructuración de la deuda
En otro momento de la conferencia Werner destacó el trabajo que se viene realizando en materia económica al indicar que: “ha habido medidas importantes, avances importantes que se han llevado a cabo, probablemente dados los eventos recientes en los mercados financieros a veces nos olvidamos de ello, pero claramente la reestructura de la deuda privada es un hito muy importante que se completó” enfatizó Werner.
Para el funcionario la reestructuración de la deuda constituye “una parte importante del programa económico que dé viabilidad futura a las finanzas públicas”.
Cabe indicar que en el informe presentado en Washington “La persistencia de una pandemia nubla la recuperación” se dedica un capítulo donde se analizan las reestructuraciones de las deudas tanto Argentina como de Ecuador. En el trabajo se califica que “Argentina y Ecuador emprendieron una exitosa reestructuración de su deuda soberana en 2020, en medio de crecientes preocupaciones acerca de la sostenibilidad de la deuda y de presiones financieras”.
Respecto al impacto de la pandemia Werner indicó que “la Argentina se vio, como todos los países del mundo, afectada de manera por la pandemia del Covid 19 pero con muchas menos herramientas económicas para atenderla y contrarrestar los efectos económicos y sociales”, reconociendo de esta manera las dificultades económicas que ya tenía el país.
El funcionario también destacó que “el diseño de políticas para minimizar sus impactos fue un reto importante”. Anticipó sin dar detalles que “el Gobierno está en el proceso de anunciar medidas adicionales que eventualmente formen un programa de mediano plazo congruente”.
También dicho programa tendrá que tener el “equilibrio de continuar apoyando a los más necesitados y continuar apoyando la recuperación y al mismo tiempo sentando las bases para la estabilidad macroeconómica de mediano plazo y el proceso de crecimiento inclusivo guiado por una dinámica de inversión privada importante”.
Consultado por Ámbito sobre si es posible que el Fondo otorgue una línea de asistencia urgente en virtud de la crisis del Covid-19 y las tensiones por las que atraviesa el mercado de cambios, dijo que “no comentaría en este momento ya que será momento (de definir el tipo de préstamo) cuando se avance en el trabajo entre nuestros equipos y las autoridades argentinas”.
Cabe indicar que el FMI prevé para Argentina que una caída de 11,8% del PBI para este año y 4,9% para el 2021. El gasto público primario pasa de 34,3% del PIB en 2019 a 41,6% en 2020. Es decir un déficit que aumenta de -0,4 a -8,5%.
Respecto del frente externo se iría de un déficit de 0,9% en la cuenta corriente registrado el 2019, a un superávit de 0,7% este año y un saldo positivo de 1,2% en 2021.
Cabe recordar que el Fondo no publica las variables fiscales ni de inflación correspondientes a 2021-25 y 2020-25, respectivamente, “dado que en gran medida están vinculadas a las negociaciones aún en curso sobre el programa”, según señala
Al inicio de la conferencia Werner afirmó que el Covid-19 “ha golpeado más duramente a Latinoamérica que a otras regiones del mundo”. Precisó que, a diferencia de otras retracciones, el empleo disminuyó más que el producto interno bruto PBI. La ocupación disminuyó más de 20% en las economías más grandes y hasta 40% en Perú, contra una caída global de la actividad de 8,1% que el organismo estima para el presente año.
Estimó que el PBI no retornará a sus niveles pre pandemia para la mayoría países antes de 2023, un ritmo más lento que en otras regiones.
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