Ramón Acuña, operario de uno de los talleres, cuenta en primera persona cómo se afectó su salud. La insólita confesión oficial.
a presencia de asbesto (amianto) en las formaciones del Subte de Buenos Aires era algo que los trabajadores venían denunciando hace años. Pero desde Subterráneos de Buenos Aires (Sbase) no admitían esta situación. Sin embargo, a través de un informe elaborado por Emilia Delfino para CNN en español, la confirmación llegó. Más de 30 formaciones que hasta el año pasado circulaban en la Línea B tenían altos contenidos de este material.
En la informe televisivo, el presidente de la empresa estatal Eduardo De Montmollin explicó que “hay documentación” que confirma la presencia de este material en las formaciones modelo CAF 5000 que el Gobierrno de la Ciudad adquirió de Madrid en 2011. “Compramos los trenes asumiendo que estaban en condiciones, ya que a nivel de Unión Europea hay una ley que prohíbe la comercialización de equipamiento con esta sustancia”, explicó el funcionario. Más aún, De Montmollin fue más allá y trató de argumentar por qué se habían adquirido esos trenes de todos modos: “La documentación técnica de un tren pueden llegar a ser unos manuales y carpetas así (hizo un gesto de amplitud con sus manos), y lo que dice es una letra chiquita en la página 473 del tomo cuatro del manual de descripción de partes. En teoría los técnicos de Sbase… no puedo garantizar que se hayan leído todas y cada una de las páginas de todos los manuales técnicos”.
En esos dichos, además de reconocer que los encargados de llevar el proceso de compra adelante no cumplieron todos los pasos necesarios, De Montmollin reconoció que expuso a sus trabajadores a un grave riesgo. Es que el amianto es un material altamente tóxico y cuya producción, importación, comercialización y uso fue prohibida en el país a partir en 2001. De hecho, según los propios trabajadores del Subte, once operarios han visto perjudicada su salud debido a la sobreexposición al asbesto. Ramón Acuña, que trabaja en uno de los talleres, es uno de los damnificados y en diálogo con NOTICIAS no sólo contó cómo es trabajar en esas condiciones sino que alertó sobre lo que considera “un problema de salud pública, no sólo de los operarios del subterráneo”.
Consecuencias. El amianto es una fibra mineral natural que, por sus características excepcionales, se utilizó en múltiples aplicaciones en construcción, industria y productos de gran consumo. Este mineral es un aislante del calor y el fuego cuyo uso era común hasta que comenzaron a hacerse estudios sobre los problemas que podía acarrear. De hecho, en la actualidad está reconocido por la Asociación Toxicológica Argentina (ATA) como una sustancia cancerígena. Más aún, según datos oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en todo el planeta hay alrededor de 125 millones de personas expuestas en su lugar de trabajo al asbesto y eso deja un saldo de alrededor de 100 mil muertes anuales por cáncer de pulmón.
Noticias: ¿Qué efectos tuvo en su salud la exposición al amianto?
Ramón Acuña: Los once damnificados tenemos la primera de las afecciones que son las placas pleurales pero de acá hasta el día de nuestra muerte vamos a tener que ser controlados por una tomografía anual. Jugamos a la lotería todos los días donde el premio mayor es el cáncer de pulmón. Y seguir trabajando todos los días al lado de esta sustancia tóxica no hace más que agravar nuestro cuadro y que devenga en algo peor. Pero además tiene implicaciones psicológicas y psiquiátricas para algunos de los compañeros. El hecho preocupante es la enorme proporción de los compañeros afectados. Sobre un total de aproximadamente 180 casos analizados, once están afectados por esta sustancia cancerígena y aún hay estudios de otros trabajadores que no se han terminado de realizar.
Noticias: ¿Por qué sostiene que siguen estando expuestos al asbesto cuando los 36 trenes CAF 5000 adquiridos de Madrid fueron sacados de circulación?
Acuña: Nosotros hemos comprobado mediante una investigación que prácticamente en todas las actuales formaciones de la Línea B hay asbesto. En aproximadamente 80 piezas de bajo de bastidor y cabina de conductor y está presente en la pintura que recubre el interior de la carrocería. Es decir que esta fibra se está esparciendo en el salón donde viajan los usuarios también. Está presente en absolutamente todos los vagones de todos los trenes Mitsubishi, que es uno de los modelos que circula actualmente. Sobre los CAF 6000, el otro modelo de la Línea B, no podemos asegurarlo porque aún no hemos hecho estudios.
Noticias: ¿Por qué sostiene que los usuarios también están en riesgo?
Acuña: Las piezas de aminato están en estado friable, es decir, en descomposición molecular. Entonces, el tren al circular por el túnel hace el efecto de dispersor de fibras. Eso queda en el aire. Es un fibra muy volátil de aproximadamente 3 micrones que, según estudios científicos, en un ambiente totalmente cerrado sin ningún tipo de brisa, una fibra desde un metro y medio de altura, tarda más de 36 horas en llegar al suelo. Además, más allá del estado de la fibra desde el año 2001, la legislación (resolución 823/2001 del Ministerio de Salud) ha prohibido la producción, importación, comercialización y uso de fibras de asbesto. Es una norma nacional que no se está cumpliendo. Por eso decimos que es un problema de salud pública. Las actuales formaciones que circulan en la línea B hacen la tarea de dispersores de fibra en todo el túnel y en todas las estaciones, afectando a todos.
Noticias: Entonces el problema no es sólo la Línea B, sino en todas donde hayan circulado trenes con este compuesto.
Acuña: Aunque los CAF 5000 ya no circulan, tenemos el problema de que los que están ahora circulando contienen asbesto. Están contaminados. No sólo los de la línea B, están contaminados los trenes de otras series en otras líneas. Es un problema muy grande. Muchos de los trenes que aún circulan fueron fabricados antes de la fecha de prohibición del asbesto, por lo cual tienen materiales tóxicos. Por eso, los túneles de la red están contaminados, estuvieron 80 años expuestos.
Noticias: A pesar de su prohibición, el asbesto era muy común antes. ¿Cómo lo solucionaron otros países y por qué Argentina no?
Acuña: El caso argentino es único en el mundo en esta problemática. Por ejemplo, en el caso del metro de Santiago de Chile, que no es primer mundo y es algo cercano, quienes tomaron la iniciativa para la desasbestización y eliminación de la fibra cancerígena fueron los propios dueños de la empresa. En Londres y París fue igual. Argentina es paradigmática porque somos los trabajadores los que tuvimos que sacar las piezas que manipulábamos todos los días, mandarlas a analizar por nuestra cuenta y exigir a la empresa que tome cartas en el asunto a través de la retención de tareas.
Respuesta. Mientras continúan con sus reclamos, los trabajadores analizan tomar medidas de fuerza para que la situación se revierta. “El usuario debe entender que no es un reclamo gremial, sino una situación más grande. Acá está en juego la salud, la nuestra y también la de ellos”, apunta Acuña. Pero desde el Gobierno de la Ciudad afirman que ya comenzaron los planes para quitar todos los rastros de amianto: “El plan se puso en marcha una vez confirmada la presencia de asbesto en los vagones de la Línea B. Asimismo, incluye la revisión del resto de la flota y talleres, y estudios médicos a los trabajadores”, confirmaron a NOTICIAS desde el Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte de la Ciudad, y detallaron cómo se realiza dicho procedimiento: “Al igual que se realiza en otros países ante experiencias similares, el plan de trabajo consiste en quitar el asbesto en las zonas donde esto es posible y en reemplazar las piezas contaminadas que no se puedan desasbestizar por nuevas. La tarea está a cargo de personal especializado contratado para tal fin, siguiendo protocolos de manejo de estas sustancias que aseguran completa inocuidad”.
Más aún, según adelantaron a NOTICIAS, el lunes 21 de octubre la adquisición de los trenes llegó a la Justicia. Es que según detallaron, cuando la Ciudad adquirió los trenes del ayuntamiento de Madrid “ ya estaban en vigencia las leyes en España prohibiendo este material, por lo que se asumió que la venta se hace acorde a la ley, es decir sin esas piezas”, explicaron desde el ministerio. “El jueves 16 se entregó la última pericia y el lunes se presenta la demanda en juzgados de Madrid”, confirmaron.
Así, mientras la Ciudad busca llevar el asunto a la Justicia, los trabajadores porteños afirman que ellos trabajan en lo que es “una bomba de tiempo”, que no los afecta sólo a ellos, sino a miles de usuarios.
(De Revista Noticias)