Javier Milei propone una desregulación de la tenencia de armamento que es criticada por especialistas, quienes aseguran que “implicaría la continuidad del mercado ilegal, provocaría tragedias, un aumento de suicidios, mayor peligrosidad en las calles y masacres en las escuelas”.
“Proponemos que se respete la ley de armas que existe, no como la actual, llena de restricciones”, dijo Javier Milei, candidato de la coalición La Libertad Avanza. El economista ultraliberal pretende que cualquier ciudadano que esté en condiciones de solicitar la tenencia legítima de armas pueda hacerlo sin ser desalentado por el Estado.
El psicólogo Roberto González Marchetti analiza los riesgos de la propuesta de desregulación de armas expuesta por el candidato presidencial, Javier Milei.
La propuesta del candidato a presidente de la nación, el diputado nacional, Javier Milei, sobre la desregulación del mercado legal y la liberación de armas para uso civil, sujeta a responsabilidad individual, no va a solucionar las muertes de civiles en situaciones de inseguridad social. Por el contrario, es alto el riesgo de agravar la inseguridad, dado que hoy existe una relación de 600 casos sobre uno, de civiles que atentan con armas de fuego contra la vida de otros civiles, que personal de seguridad hacía civiles.
En nuestro país, está reglamentada por la Ley Nacional de Armas y Explosivos N° 20.429 y varios artículos del Código Penal como el 77 y 189 principalmente. El Estado crea un ente regulador que es la Anmac o ex Renar, que tiene como fin el desarrollar políticas de registro, control y fiscalización de tenencia y portación de armas de fuego, es decir, está regulado solo por el Estado. También es necesario aclarar que la tenencia de armas no es lo mismo que la portación, dado que este último implica la disposición inmediata de un arma de fuego apta para producir disparos, cargada con munición idónea, en un espacio público o de acceso público, que es utilizada por personal de seguridad, y no por civiles.
Esta idea de desregulación implicaría la continuidad del mercado ilegal de ventas de armas, puesto que son armas robadas, provocaría una mayor aparición de tragedias, un aumento de suicidios con armas de fuego y una mayor peligrosidad en las calles de las que actualmente se viven, debido a que no todas las personas tienen el entrenamiento para el uso de armas, ni las competencias físicas y mentales para la portación.
Hemos visto amenazas de bomba en las escuelas, imagine usted el peligro de que alumnos saquen un revolver y amenacen, o en su defecto que el docente lleve un arma para su defensa, sería imposible prevenir estas situaciones. En este caso, se aumentaría el riesgo de masacres en escuelas públicas y privadas. La venta de armas para la portación universal de armas no puede estar controlada por mercados, por el riesgo de vida.
Hace falta una mayor concientización en la población cuando sobre el arma que dejó el abuelo o padre, no se va al registro para hacer el trámite de tenencia, como también de mejorar el accionar de la justicia para que dejen de existir la venta ilegal de armas, sin contar la dificultad que hoy tienen miles de personas para acceder a un servicio de salud mental, con lo cual la tragedia de Carmen de Patagones en el mes de septiembre del 2004, por ejemplo, sería un hecho con alta probabilidad de repetición.
Los libertarios afirman que la paz solo se consigue en una sociedad en donde todos estén armados, apelando a una solución economicista para una problemática social. Sostienen que si la población está armada el costo de quien sale a delinquir armado es mayor. Por eso, al correr su vida un mayor riesgo podría reprimir su intención y desistir.
Esta es una lectura sesgada de un problema social sin correlato con la realidad; diversos estudios demuestran justamente lo contrario; la mayor portación de armas de fuego en los civiles trae mayor cantidad de muertes, producto de su utilización y se incrementa el riesgo de homicidios, suicidios y accidentes, que también afectan incluso a menores de edad.
Fuente: Lv12.com.ar