Los candidatos presidenciales se metieron en el duro debate por la solución a la causa de soberanía. Las propuestas en danza para recuperar las islas y las objeciones diplomáticas.
En medio de la campaña electoral la causa por el reclamo de soberanía argentina por las islas Malvinas volvió a ocupar gran parte de la escena: más allá de los acuerdos básicos de mantener ese reclamo los tres principales candidatos presidenciales establecieron un menú diferente a la hora de encarar la estrategia de negociaciones con Gran Bretaña.
Las estrategias diplomáticas ante la causa de Malvinas son ampliamente variadas. Van desde una salida al estilo de China con Hong Kong, pasando por la reivindicación de los isleños como lo que planteó Javier Milei hasta una propuesta de reclamo tradicional en la ONU como el que sugiere Sergio Massa o un esquema innovador de “retroarriendo” como el que evalúan en las filas de Patricia Bullrich.
Diana Mondino, la candidata a canciller de Milei, lanzó dos frases polémicas que dispararon un arduo debate de campaña. Durante una entrevista a The Telegraph Mondino dijo que “los derechos de los isleños serán respetados, deben ser respetados y no se les puede faltar el respeto, y añadió: “Los isleños tienen los mismos derechos que cualquier argentino”.
A partir de allí, hubo un fuerte revuelo. Milei trató de suavizar las expresiones de Mondino al sostener que “las islas Malvinas son argentinas. La soberanía no se renuncia”. Pero reconoció los derechos de los isleños y llamó a un acuerdo con Londres.
De esta manera, Milei retomó la postura de “autodeterminación” que va en línea con la posición británica y dijo que “ hubo una guerra en la cual perdimos”. Así, el candidato libertario propuso un acuerdo con el Reino Unido como hizo China con Hong Kong.
Diferencia de casos
Sin embargo, varios diplomáticos argentinos que estudiaron el tema Malvinas a fondos dijeron a El Cronista que la comparación entre la situación de Hong Kong y la cuestión Malvinas implica desconocer las características vinculadas al desarrollo económico y militar de uno y otro país, pero fundamentalmente, un gran desconocimiento de los antecedentes históricos relacionados con ambos casos.
Es importante tener presente que la situación jurídica de Hong Kong con relación a la cuestión Malvinas es de naturaleza totalmente diferente.
Luego de la Primera Guerra del Opio, la isla de Hong Kong fue cedida, con carácter indefinido, por China a Gran Bretaña mediante el Tratado de Nanking de 1842. Tras la Segunda Guerra del Opio por el Acuerdo de Beijing de 1860 continuaron las cesiones al Reino Unido por parte de China, que incluyeron a la península de Kowlon y la Isla de Stonecutters.
Estos últimos territorios fueron arrendados a Gran Bretaña por 99 años a contar desde el 1 de julio de 1898 hasta el 30 de junio de 1997. Por el contrario, nunca existió ningún tipo de acuerdo de cesión territorial o arriendo entre nuestro país y el Reino Unido con relación a las Islas Malvinas. Además, la población de Hong Kong es china, a diferencia de lo que hoy ocurre en el caso de Malvinas.
Planteo de Massa y el Gobierno
Desde el oficialismo, Gustavo Martínez Pandiani, embajador y asesor en temas internacionales de Sergio Massa, destacó ante El Cronista que “toda propuesta que no incluya un claro reclamo de soberanía va en contra de una política de estado -sin distinción de banderías partidarias– que los argentinos y las argentinas hemos defendido todos en los últimos 40 años desde el retorno de la democracia”.
Así, Martínez Pandiani se inclinó por el reclamo tradicional ante la ONU que viene haciendo Argentina. “La causa Malvinas es un eje absolutamente innegociable e irrenunciable de la política exterior argentina. Malvinas es un clamor popular y un mandato constitucional”, dijo.
Desde el massismo rechazaron de plano la idea de una salida al estilo de China para el caso Malvinas. “Hong Kong es Hong Kong y Malvinas es Malvinas, no son casos asimilables. En nuestro caso, el Reino Unido utiliza la excusa de la “autodeterminación de los isleños”, cuando en realidad se trata de una población implantada por los propios británicos, a la que no le corresponde ese supuesto derecho”, aclaró Martínez Pandiani.
A la vez, el secretario de Malvinas de la Cancillería, Guillermo Carmona expresó a El Cronista que en referencia a la propuesta de Milei de una solución “a lo Hong Kong” denota “una ignorancia importante porque China nunca aceptó considerar los deseos de los honkoneses. Por el contrario, le exigió al Reino Unido que devolviera lo que les correspondía por aplicación del principio de integridad territorial, como reclama la Argentina”.
De esta manera, Carmona dijo que “tener en cuenta los deseos de los isleños no solo viola la Constitución Nacional sino que se contradice con el modelo que él mismo pone como ejemplo”.
Por otro lado, el secretario de Malvinas destacó que Milei hace referencia al conflicto bélico de 1982 y que “nosotros perdimos”, desconociendo que Naciones Unidas en su resolución 37/9 en noviembre de 1982 sentenció que la guerra no modifica la naturaleza de la disputa de soberanía.
El plan de Bullrich
Desde Juntos por el cambio, el asesor de Patricia Bullrich en temas internacionales, Federico Pinedo remarcó que el mayor interés de su espacio es que Gran Bretaña acepte sentarse a negociar bajo el paraguas de la ONU.
“Las discrepancias y ataques que planteó el kirchnerismo contra Gran Bretaña impidieron que Londres se siente a negociar”, dijo Pinedo en diálogo con El Cronista.
“Lo importante es respetar la letra de la Constitución nacional que habla de la soberanía de Argentina en Malvinas”, dijo el exsenador. Pero al mismo tiempo Pinedo propuso “respetar la vida de los isleños para que en paralelo Gran Bretaña se siente a negociar. Y a diferencia de la salida al estilo Hong Kong como plantea Milei, establecer un esquema de retroarrendamiento”.
En la práctica este esquema sería que la Argentina tenga la soberanía de las islas pero pueda arrendar por un tiempo a Gran Bretaña las tierras de Malvinas. “Esto formaría parte de una negociación donde lo que se pondere sea el reclamo de soberanía por encima de todas las cosas”, aclaró Pinedo.
En esta misma línea de análisis, el ex embajador de Juntos por el Cambio, Diego Guelar dijo que la solución “tipo Hong Kong” siempre estuvo contemplada por Argentina ( y, en alguna época por Londres). Pero remarcó que “lo mejor es mantener la “Unidad Negociadora Diplomática” de Argentina, sin hacer del tema un eje electoral y, por supuesto, no resignar nuestra reivindicación nacional”.
Estudios del caso Hong Kong
El ejemplo de Hong Kong fue abordado hace tiempo en una destaca investigación del diplomático argentino Manuel Paz que escribió un estudio titulado “De Malvinas a Hong Kong, el conflicto del Atlántico Sur y el fin de los tratados desiguales”.
Allí repara en que las circunstancias de la Argentina y China eran significativamente diferentes.
“En la segunda mitad del siglo XIX, el gigante asiático se había transformado en una potencia mundial y podía representar una amenaza para Gran Bretaña. Además, la mayor parte de la población en Hong Kong era de origen chino, mientras que las Malvinas están ocupadas casi en su totalidad por kelpers”, dice Paz.
El año de la guerra entre Argentina y Gran Bretaña, 1982 fue también el año del comienzo de las negociaciones que llevaron a que el 1 de julio de 1997 Hong Kong dejase de ser colonia y se transformara en Región Administrativa Especial de la República Popular China.
Así, De Malvinas a Hong Kong llega a la conclusión de que el conflicto bélico por Malvinas, un fracaso para la Argentina, fue “la oportunidad” para China. “Los chinos aprovecharon que Gran Bretaña estaba comprometida con una guerra para empezar a negociar. Ellos tenían un problema para resolver y buscaron el mejor momento para hacerlo”, sostiene el autor.
El Cronista