Por Santiago Aparicio, Presidente del Honorable Concejo Deliberante de San Fernando.
Muchas veces me pregunté que hubiese hecho o cómo hubiera actuado San Martín ante determinadas situaciones de la actualidad. Como es uno de nuestros máximos referentes y un ejemplo a seguir, siempre trato de pensar que haría el Padre de la Patria si le tocara estar en esta parte de la historia. Y aquí estamos, ante uno de los mayores desafíos que nos toca enfrentar y es inevitable que esa idea, la de intentar meterme en la cabeza del Libertador de América, hoy no ronde en la mía. Y así se me empiezan a aparecer imágenes de lo que seguramente hoy, a 200 años de su existencia, San Martín haría.
No tengo dudas de que ante todo, actuaría con coraje, firmeza e inteligencia. Sus enormes logros siempre tuvieron alguno o todos esos atributos: así lo cuenta la gloriosa historia que supo construir. Coraje para tomar decisiones difíciles y que así como priorizan, en éste caso y ante todo la vida, pueden tener voces en contra; voces que lejos de la razón encuentran un nicho para intentar desestabilizar. Le pasó al General y pasa hoy en día.
Firmeza para mantener con valor y fortaleza la decisión tomada, convencido de que la tarea a realizar es la más conveniente no sólo para la mayoría, sino también para los más desprotegidos y sobre todo, para el presente y futuro de la nación. Inteligencia para nutrirse del consejo de los bien intencionados, que armados con la espada de la sabiduría, buscan lo mejor para sobrellevar la situación. Esa misma inteligencia es también la que permite, lejos de toda soberbia, ver el ejemplo; de lo bueno y lo malo que sucede alrededor para seguir adelante o dar un paso atrás si es necesario, para quizás después poder dar con más fuerza, un paso aún más firme.
No tengo dudas: hoy San Martín estaría privilegiando la salud, la lucha sin divisiones ni grietas, la unidad desde la solidaridad y el compromiso de cada hombre y mujer que habita el suelo de la patria. Hoy, a 170 años de su paso a la inmortalidad, el mejor homenaje que le podemos hacer es enfrentar éste duro capítulo de historia con coraje, firmeza, inteligencia, valor, humildad y orgullo; enormes virtudes que Don José de San Martín supo tener cada vez que le tocó hacerlo.