En un comunicado difundido a través de las redes sociales, los bailarines del Ballet Estable del Teatro Argentino anunciaron que los problemas edilicios y la falta de una administración eficiente provocaron que sea imposible hasta encender la caldera.
Lamentablemente, los años dorados del Teatro Argentino de La Plata parecieran haber quedado definitivamente atrás. Lejos de las grandes temporadas de ópera a sala llena, con coberturas de los medios televisivos de todo el país, banquetes y visitas célebres, hoy tanto los empleados administrativos como los artistas cobijados bajo la administración del célebre espacio cultural sobreviven a duras penas.
Recientemente, una investigación de REALPOLITIK sacó a la luz una curiosa inversión de 39 millones de pesos en sillas, que implicó la desaparición de las históricas butacas del Teatro Argentino, de gran calidad, por otras que fueron duramente criticadas por su flojo diseño, su ajustado tamaño y los componentes plásticos que la integran.
La deficiente administración pareciera hacer mella en la calidad laboral de quienes allí pasan gran parte de sus días. Tanto, que el cuerpo de bailarines del Ballet Estable emitió un comunicado hace apenas horas informando que el programa mixto, que debía exponerse entre los días 1 y 4 de agosto, fue suspendido por la problemática edilicia que afecta al teatro.
En el comunicado, explicaron que “los trabajadores del sector de termomecánica se encuentran trabajando normalmente, pero el pésimo estado de las bombas de agua y la caldera impiden el encendido de las mismas, porque implica un riesgo para todos. Por esto continuamos sin la calefacción necesaria para realizar funciones”.
Una vez más, la corrupción y la mala administración le cuestan caro a la sociedad. Esta vez, pagó los platos rotos el arte.